Chiles rellenos capeados
Chiles poblanos rellenos de queso, capeados con huevo y fritos. Se sirven bañados en un caldillo de jitomate con un toque de orégano.
Ingredientes
Pasos
1.- Asa los chiles en un comal o sartén grande, volteando hasta que su piel se queme uniformemente. Coloca dentro de una bolsa de plástico o papel, envuelve la bolsa en una servilleta de tela y deja que suden durante 10 minutos.
2.- Mientras los chiles sudan, prepara el caldillo de jitomate: Calienta 1 cucharada de aceite en una cacerola grande y sofría la cebolla durante 5 minutos o hasta que se vea transparente. Muele los jitomates junto con el ajo, orégano, caldo de pollo granulado y muy poca agua, hasta tener una salsa uniforme. Cuela sobre la cacerola con la cebolla acitronada y deja que suelte el hervor. Reduce el fuego a lo más bajo para mantener el caldillo caliente mientras terminas de preparar los chiles.
3.- Pela los chiles, haz un corte por un lado con un cuchillo pequeño y retira las venas y semillas con mucho cuidado.
4.- Rellena los chiles con queso y revuelca en la harina, cubriéndolos completamente.
5.- Coloca las claras en un tazón limpio y agrega una pizca de sal. Bate con batidora eléctrica hasta que formen picos firmes (punto de turrón), aproximadamente 5 minutos. Incorpora las yemas y bate solo 1 minuto más.
6.- Calienta 5 centímetros de aceite en un sartén o cazuela honda a fuego medio-alto. Una vez caliente, sumerge los chiles rellenos en el huevo, de forma que queden capeados completamente y fríe en el aceite caliente, hasta que el capeado tome un tono dorado.
7.- Retira del aceite con ayuda de una espumadera y escurre el exceso de grasa sobre toallas de papel.
8.- Sirve los chiles rellenos bañados en el caldillo de jitomate. Acompaña con arroz rojo o frijoles refritos.